Hitchock lo advirtió
Fotograma de la película Rear Window de Alfred Hitchcock.
En el cine, el Punto de Vista es uno de los ejes esenciales que sustentan una historia, le confieren a esta un sentido específico y definen el estilo de su director. Y en este último aspecto, Alfred Hitchcock representa uno de los referentes más importantes de directores cinematográficos que se han vuelto legendarios por el estilo que han impuesto.
“La ventana indiscreta” (1954), película emblemática de Hitchcock, es una obra que no solo cuenta la historia de un voyeur, sino que construye una metáfora de la sociedad norteamericana, y de occidente probablemente, a través de una estrategia narrativa peculiar y, al mismo tiempo, controversial: la transgresión de la privacidad del otro. Aunque la película se basa en un relato corto de similar título, escrito por Cornell Woolrich, la puesta en escena de Hitchcock marca un punto de vista singular, a través del cual plantea algunas capas de lectura de la película.
Alrededor de la historia central de “La ventana indiscreta”, encaminada por el interés del fotógrafo fisgón en confirmar un posible asesinato que habría ocurrido en uno de los departamentos de sus vecinos, en realidad está articulada la verdadera intención de Alfred. En otras palabras, el relato básico del film es solo una excusa para advertir, mediante una representación simbólica, ese gusto o hábito inconsciente que siente el protagonista, y con el que cualquier espectador puede sentirse identificado, de mirar al otro sin que le descubran, de enterarse cómo es la vida ajena, de sentir ese poder de observador invisible.
¿Y cuál es el elemento esencial de la película que materializa aquella intención del director? Resulta necio expresarlo, cuando hasta el título lo reafirma, pero sí es importante destacar que, a pesar de la presencia física de la ventana en planos detalle, medios o generales del film, más temprano que tarde se vuelve invisible, ya que deja de ser un componente de la escenografía para convertirse en un recurso narrativo.
¿Privacidad en entredicho?
Por más realista que aparente ser una película, siempre será una construcción de ficción que nace en la subjetividad de sus creadores. Por lo tanto, “La ventana indiscreta” no puede interpretarse como el planteamiento de un problema real inherente a la ventana y lo que esta permite ver. No obstante, es una oportunidad para pensar en la importancia de la privacidad indispensable que requieren nuestros espacios cotidianos.
En arquitectura, la transparencia y luminosidad siempre han sido detalles que dan un valor agregado a los diseños y a los ambientes, pero al mismo tiempo son un desafío para que la implementación de ambas cualidades no vulnere la privacidad del usuario de un espacio. No existen normas o estrategias preestablecidas que garanticen el respeto de la intimidad, pero en el mercado de la construcción y acabados surgen innovaciones permanentes de diseños o accesorios funcionales que facilitan el control de la privacidad, uno de los aspectos imprescindibles para sentir confort.
En definitiva, la utilidad de una ventana debería traducirse en una conexión visual efectiva del usuario con el exterior de sus ambientes, pero no al revés. De por medio pueden adecuarse sistemas que aíslen, cortinas, láminas u otros elementos complementarios, pero la ventana nunca podrá faltar.